El conformismo es una de las causas de la pobreza (Parte III).

Para cerrar el entendimiento de las palabras, quiero compartir dos reflexiones finales, perseverancia e inspiración, que facilitan el auto convencimiento para cambiar y mejorar.

La victoria es para quienes perseveran…

Iniciar una obra es cosa relativamente fácil; basta con avivar un poco la lumbre del entusiasmo.

Perseverar en ella hasta el éxito es cosa diferente; eso ya es algo que requiere continuidad y esfuerzo.

Comenzar está al alcance de los demás, continuar, distingue a los hombres y mujeres de carácter.

Perseverancia es la médula de toda gran obra, virtud que consiste en llevar las cosas hasta el final.

Es preciso, pues, ser perseverante, formarse un carácter no sólo intrépido, sino persistente, paciente e inquebrantable. El verdadero carácter sólo conoce un lema: La Victoria, y sufre con valor, con serenidad y con aliento la más grande de las pruebas: la derrota.

La lucha tonifica el espíritu, pero cuando falta carácter, la derrota lo reprime y lo desalienta. Hemos nacido para Luchar.

Las más grandes victorias corresponden siempre a quienes se preparan, a quienes luchan y a quienes perseveran.

Por eso compárate con el Sol…

Como lo dijo una vez Tere Bringas.

Si te comparas con él, te darás cuenta que siempre tienes luz dentro de ti.

Si te comparas con él, te darás cuenta que un simple haz de luz se cuela por una mínima, y su brillo ilumina la más recóndita oscuridad.

Si te comparas con él, te darás cuenta que tu fuerza aumenta considerablemente en el trayecto del día.

Si te comparas con él, te darás cuenta que de tu perfección.

Si te comparas con él, te darás cuenta que tu cuerpo siempre brilla.

Si te comparas con él, no tienes más que hacer eso: Salir cada día con una nueva oportunidad para brindar lo mejor de ti. Y de agradecer a Dios por tantas bendiciones.

Sólo Hazlo…

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